En muchas personas, el afán de perder peso sere nueva en distintas temporadas a lo largo del año y es entonces donde comienzan a hacer esas dietas relámpago con las que después recuperan todo lo perdido.
Si esto le suena conocido, a lo mejor usted también está entre quienes hacen dietas con efecto rebote. Los estudios revelan que las dietas con efecto rebote, llamadas asimismo dietas yoyó, pueden provocar tensión en el corazón. De hecho, un estudio reciente y publicado en la revista Nutrients dice que la salud cardíaca empeora cuando la persona retoma sus hábitos alimentarios malsanos, pero vuelve a mejorar cuando reanuda una alimentación sana. Por ello, los investigadores dicen que la mejor alternativa es siempre comer sano y, en caso de sufrir un desliz, volver a intentarlo.
En este minuto de Mayo Clinic, la reportera Vivien Williams habla con la Dra. Amy Pollak, cardióloga de Mayo Clinic, acerca de los riesgos de las dietas con efecto rebote y cómo crear un plan de alimentación más sano y estable.
“Muchos hemos hecho dietas con efecto rebote”, comenta la Dra. Pollak.
La doctora Pollak dice que los estudios presentados en la reunión anual de la Asociación Americana del Corazón muestran que las mujeres posmenopáusicas que hacen dietas con efecto rebote… “es decir, cuando pierden el peso ganado, luego vuelven a recuperarlo y más adelante vuelven a perderlo, parecen correr más riesgo de morir por motivos cardiovasculares, ya sea de un ataque cardíaco o un accidente cerebrovascular”.
También comenta que todavía no se sabe por qué es malo para la salud hacer dietas con efecto rebote y que, por ello, hay que investigar más. No obstante, añade que la dieta conocida que ha comprobado reducir el riesgo con el paso del tiempo es la llamada dieta mediterránea, compuesta por 5 porciones diarias de frutas y verduras, cereales integrales, pescado, aceite de oliva, frutos secos y lácteos de bajo contenido graso. “Esperamos que con esto aparezcan menos dietas con efecto rebote, pues repercuten negativamente sobre la salud cardíaca”, concluye la Dra. Pollak.