RECOMENDACIONES PARA EMPEZAR EL 2022 CON MEJORES HÁBITOS PARA UN ESTILO DE VIDA MÁS SALUDABLE

Generalmente diciembre es el mes en el que cerramos ciclos, y con la
llegada de un nuevo año nos trazamos nuevas metas y propósitos.
Si una de tus metas es lograr un estilo de vida más saludable, Patricia Vial, gerente de Nutrición, Salud y
Bienestar de Nestlé Centroamérica, nos brinda seis recomendaciones importantes para hacerlas realidad
este 2022:

  1. Alimentación balanceada: los alimentos aportan nutrientes en diferentes cantidades; por ello,
    nuestra alimentación debe ser variada y balanceada, según nuestro género, edad y nivel de
    actividad física. Siguiendo este punto, las frutas y verduras deben ser parte importante de la
    alimentación diaria. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la ingesta insuficiente de
    frutas y verduras es, a nivel mundial, un factor que está impactando nuestra salud.
    “Una alimentación saludable y balanceada en proteínas, carbohidratos, grasas y otros nutrientes,
    ayuda a evitar enfermedades crónicas no transmisibles, como la diabetes, hipertensión, obesidad,
    etc. En muchos casos, estas enfermedades se manifiestan en edades avanzadas, pero pueden
    ser consecuencia de malos hábitos alimentarios adquiridos desde edades tempranas. Por esa
    razón, prestemos atención a qué, cuándo y cuánto comemos, para evitar problemas en nuestra
    salud, sea a mediano o largo plazo”, explicó la experta.
  2. Hidratación: la hidratación es parte fundamental de un estilo de vida saludable, pues el agua
    favorece el transporte de nutrientes a órganos y tejidos y es el medio donde ocurren todas las
    reacciones químicas vitales. En adultos el agua representa aproximadamente 60% del peso del
    cuerpo y por ello, debemos beber al menos 2 litros de líquido al día, para mantener una adecuada
    hidratación.
  3. Dormir bien: existen 3 pilares para una vida saludable -nutrición, ejercicio y un sueño reparador- y
    no son independientes uno del otro. El dormir bien ayuda a estabilizar los relojes internos que
    mantienen el buen funcionamiento del cuerpo. Además, durante la noche el cuerpo y el cerebro se
    recuperan y se “limpian”, al activarse el sistema de limpieza celular (llamado autofagia).
    Investigaciones recientes indican que dormir después de la medianoche perjudica la capacidad del
    cuerpo de regular los niveles de glucosa en sangre, al día siguiente. Además, la falta crónica de
    sueño predispone a la obesidad, diabetes tipo 2, hipertensión y enfermedad cardiovascular.
    La recomendación de Vial es dormir al menos siete horas por lo menos. “Dormir bien, en calidad y
    cantidad de horas, es crítico para la salud: impacta nuestra memoria, concentración niveles de

energía y rendimiento físico. Inclusive, el sistema inmunológico funciona de forma más eficiente
cuando dormimos bien”, indicó Vial.

  1. Ejercicio físico: una buena alimentación debe complementarse con actividad física diaria. La
    experta de Nestlé aconseja iniciar poco a poco -unos 30 minutos al día- y aumentar
    progresivamente hasta lograr 50 a 60 minutos diarios. Además de los beneficios para disminuir el
    estrés y ansiedad, mantener el peso corporal y una masa muscular adecuada, cada sesión de
    ejercicio moviliza millones de células del sistema inmune, impactando de forma positiva nuestra
    inmunidad. Como beneficio adicional, el ejercicio ayuda a mantener nuestro cerebro joven,
    protegiéndonos en cierta medida contra el deterioro cognitivo asociado al envejecimiento.
  2. Cenar temprano y evitar las meriendas nocturnas: según nuestro reloj interno debemos cenar
    al caer el sol, pues esto da tiempo a digerir los alimentos antes que inicien los procesos de
    autofagia, o limpieza celular. Al cenar tarde en la noche permanecemos en modo de
    “almacenamiento de grasa” por muchas horas, lo que predispone al sobrepeso y obesidad. Las
    meriendas nocturnas pueden afectar también el peso corporal y estimulan la producción de
    hormonas del estrés y otros cambios metabólicos no saludables.
  3. Meditación y mindfulness: la meditación aumenta la actividad -o comunicación- entre las partes
    del cerebro que procesan las reacciones relacionadas al estrés, y en áreas asociadas con la
    concentración y la tranquilidad. En este tiempo de pandemia, esta actividad se ha puesto en
    tendencia por ayudar en los procesos de ansiedad, depresión, estrés y otros. Algunos estudios
    han demostrado que la meditación ayuda a aumentar la inmunidad, al ayudar a reducir los niveles
    de estrés.
    “Al iniciar el año, tenemos una excelente oportunidad para crear o mejorar hábitos que nos brindarán
    mayor bienestar, motivación y felicidad. Una alimentación variada y balanceada, el ejercicio físico y el
    descanso adecuado, son los pilares en los que descansa nuestra salud a corto, mediano y largo plazo”,
    finalizó la especialista.
    Vial es experta en Nutrición, con más de 25 años de formar parte del equipo de Nestlé Centroamérica. Se
    ha desempeñado en diversos cargos, otorgando grandes aportes para contribuir a mejorar los estilos de
    vida de los consumidores guatemaltecos y del resto de Centroamérica.

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